Cooperativa agrícola de mujeres en Honduras
El objetivo del proyecto fue empoderar a las mujeres a través de la integración en la producción agrícola estableciendo el cultivo de maracuyá en sus granjas de pequeña escala. A través del proyecto, las mujeres participantes pudieron establecer pequeñas plantaciones de maracuyá. Junto con los miembros de sus familias prepararon la tierra, plantaron las plantas de semillero y montaron equipos de riego. Como cultivo semipermanente, la maracuyá comienza a producir fruta en un periodo de 6 -12 meses. Una cooperativa agrícola de la zona comprará la producción de las mujeres y venderá las frutas a los mercados locales y regionales, y también a una planta de procesamiento de pulpa de fruta. El proyecto comienza a generar ingresos para las mujeres participantes tan pronto como el cultivo comienza a producir rendimiento. La producción de frutas comercializables continuará por un periodo de hasta 4 años. Los ingresos de las ventas contribuirán a los ingresos de cada hogar. Los ingresos adicionales se invertirán de nuevo en la plantación.
Empoderamiento de las mujeres
Si bien el establecimiento de este cultivo de campo aún se encuentra en las etapas iniciales, una vez en producción, generará ingresos para las familias. Además de las mejoras en los ingresos de cada hogar a través de la venta del maracuyá a largo plazo, el proyecto también generará oportunidades de empleo para las mujeres en las zonas rurales, lo que resultará en una mayor confianza en sí mismas y el empoderamiento de su posición en sus familias y en la sociedad.
Agricultura en el Occidente de Honduras
Honduras es uno de los países más pobres de América Central y de América Latina. Según un informe del Banco Mundial, se enfrenta a desafíos significativos, con más de dos tercios de su población viviendo en la pobreza y cinco de cada diez sufriendo de pobreza extrema (2012). En las zonas rurales, 6 de cada 10 hogares viven en la extrema pobreza. La agricultura en el occidente de Honduras todavía se basa en gran medida en la producción de cultivos comerciales para la exportación, como el café, y la producción de cultivos de alimentos básicos para subsistencia, tales como los frijoles y el maíz. La agricultura de subsistencia es común en las zonas rurales, sin embargo, las oportunidades de generar ingresos son limitadas. Los bajos rendimientos se deben a la falta de tierras fértiles fáciles de arar y a la baja calidad de los suelos. La mayoría de las familias de la zona rural cultivan tierras ubicadas en laderas. En esta región, los pequeños agricultores representan el 80% de la población.
Beneficios del proyecto
- Transferencia de conocimientos: A través de los talleres, las mujeres participantes han aumentado sus conocimientos de técnicas de producción agrícola.
- Desarrollo de habilidades empresariales: A través de la participación en la producción y venta de cultivos, los miembros del grupo de mujeres han aumentado considerablemente sus habilidades comerciales.
- Aumento de la capacidad: Por medio de su trabajo en estrecha colaboración con el técnico agrícola, las mujeres han desarrollado sus destrezas prácticas.
- Aumento de la capacidad de producción frutícola de la cooperativa a través de la integración del grupo de mujeres productoras.
En las zonas rurales de Honduras, 6 de cada 10 hogares viven en la pobreza.